sábado, 9 de mayo de 2009

Rsultados del SIMCE y las curiosas manifestaciones de alegría al respecto

En efecto, es indudable que los resultados generales obtenidos por los/as estudiantes en el SIMCE, sobre todo en el área de lenguaje, han aporatdo una escampada al permanente cuestionamiento en que se encuentra nuestro sistema educativo. ¡Ya era hora! manifiestan muchos actores releventes por diestra y siniestra. Los medios de comunicación no han hecho otra cosa que avivar la cueca alegre y bueno, se contagia entonces en cada rincón del espectante territorio nacional.
No se puede olvidar un asunto, en todo caso, y es que precisamente los estudiantes que el año 2008 rindieron el SIMCE constituyen el primer grupo que tuvo ocasión de participar en las famosas y cuestionada, con justicia en muchos casos, Escuelas de Lenguaje. Nunca antes en la historia educativa habían existido exclusivos y bien pagados centros de atención a los Trastornos Específicos del Lenguaje y entonces, me comenta una directora de estas escuelas, sería bueno al menos reconocer que tal vez, y sólo tal vez, el que estudiantes con problemas de TEL hayan sido estimulados exitosamente y de manera temprana, haya podido generar un repunte en los resultados.
Personalmente tengo muchos reparos a los mecanismos de evaluación estandarizados, pero haciéndome el leso al respecto, y suponiendo que efectivamente se trata de un instrumento y un proceso confiable, al menos metodológicamente habría que matizar la alegría de los buenos resultados. En la lógica cuantitativa que está en las bases del SIMCE, no es posible comparar grupos que han tenido un matiz de diferencia tan radical como el señalado más arriba. Definitivamente la confiabilidad de la interpretación se funda en la comparación de grupos más o menos similares (por cierto esto es una de las grandes deudas del sistema de medición, por cuanto nunca hay grupos en realidad similares)y por tanto sólo sería posible alegrarse si es que los resultados del SIMCE 2009 superan a los del 2008, puesto que al menos, ambos grupos presentan la misma condicón de oportunidad de haber sido potenciales beneficiarios de las Escuelas de Lenguaje. Y si el 2010 se aumenta de nuevo el puntaje, y sucede lo mismo el 2011, y luego el 2012, y así sucesivamente, entonces aparentemente se tendrá que modificar el instrumento porque el ideal falaz de subir los puntajes eternamente contiene la radical trampa, en el modelo de evaluación.